El diagnóstico precoz es clave para facilitar la detección y posterior tratamiento del cáncer. En los últimos años se han intensificado los esfuerzos en diferentes campos que han permitido mejoras en la prevención y tratamiento de diferentes tipos de cáncer.
Biopsia líquida para el diagnóstico y tratamiento del cáncer
La biopsia líquida ha representado un gran avance en los últimos años. A diferencia de las biopsias tradicionales que requieren muestras sólidas de tejido tumoral, esta técnica emplea fluidos corporales, principalmente sangre, para detectar la enfermedad. Es una técnica menos invasiva y además ofrece información valiosa sobre el cáncer, especialmente en cáncer de pulmón y cáncer colorrectal.
¿En qué consiste la biopsia líquida para el diagnóstico y tratamiento del cáncer?
Es una prueba que busca detectar cáncer en el organismo a través de la sangre, sin necesidad de procedimientos quirúrgicos. Se buscan señales de enfermedad como células tumorales, fragmentos de ADN y ARN del tumor, exosomas, proteínas y metabolitos. Esta técnica es crucial para identificar enfermedad tumoral residual después de la cirugía cuando se supone que el paciente está teóricamente curado, lo que permite un tratamiento personalizado y una vigilancia más estrecha para poder evitar una recaída mediante un tratamiento complementario para cada paciente.
La biopsia líquida también revela alteraciones genéticas del tumor para poder conocer el tumor desde un punto de vista molecular y genético, lo que facilita la elección de tratamientos dirigidos contra esa alteración concreta. En cáncer de pulmón, por ejemplo, proporciona un diagnóstico molecular completo en pacientes donde la biopsia de tejidos es complicada. Además, permite monitorizar la respuesta al tratamiento a lo largo del tiempo y no solo está limitado al diagnóstico.
Sus principales aplicaciones en detección y seguimiento del cáncer:
- Detección del cáncer: permite identificar el ADN tumoral circulante, sobre todo en estadios tempranos.
- Monitorización del tratamiento: permite monitorizar la respuesta al tratamiento. Por ejemplo, en los pacientes en los que no se encuentra ADN tumoral circulante tras el tratamiento, tendrán un mejor pronóstico que los que si lo presenten.
- Identificación de alteraciones genéticas: permite identificar alteraciones y cambios genéticos durante la enfermedad y el tratamiento, lo que facilita la elección de terapias específica
Sus ventajas son evidentes: es menos invasiva, rápida, segura y permite una monitorización continua de la enfermedad, como nos indica el Dr. Francisco José Garcia Verdejo, especialista en oncología médica en el Hospital Vithas de Granada.
En general, el realizar controles preventivos periódicos es clave para facilitar el diagnóstico precoz de diferentes tipos de cáncer, como en el caso de las revisiones en Obstetricia y Ginecología, que además de su papel relevante en el diagnóstico precoz del cáncer de mama, también son clave para prevenir la aparición del cáncer de cuello uterino y ayudar a erradicarlo, por medio de la vacunación
El cáncer de cuello uterino
también llamado cáncer de cérvix es el cuarto más frecuente en las mujeres de todo el mundo. Se origina en las células del cuello del útero, la parte inferior del útero, conectada con la vagina. El virus del papiloma humano (VPH), una infección de transmisión sexual, causa la mayoría de tipos de este cáncer.
Cuando nos exponemos al VPH, nuestro sistema inmunitario evita, generalmente, que nos dañe. Pero en algunas personas el virus sobrevive durante años, y provoca que algunas células de esta zona puedan llegar a convertirse en cancerosas, en una evolución a largo plazo.
Diagnóstico precoz y cribado
¿Cómo podemos prevenirlo? El diagnóstico precoz y los cribados son clave. Se evitarán muchos sustos el día de mañana y, desde el punto de vista sanitario, muchos gastos innecesarios.
En mujeres hasta los 25 años, es suficiente con hacer un test del VPH. Y, a partir de esa edad, sumar además la citología. Si el test es positivo nos puede indicar una alteración, aunque a veces esté latente, y la citología nos dirá qué es y si debemos dar pasos para evitar que progrese hacia el cáncer.
Prevención. Vacunación del virus del papiloma humano VPH
Como se trata de un cáncer que guarda una relación directa con la infección del virus del papiloma humano, es importante la vacunación contra el VPH. Las primeras vacunas protegían alrededor de un 70%, pero desde 2022 han surgido otras que cubren el 90%.
Las mujeres pueden ponerse esta vacuna a cualquier edad, pero lo habitual es vacunar a adolescentes antes de tener relaciones sexuales, también a los varones, para ayudar a crear “inmunidad de rebaño” y avanzar hacia su erradicación.
El cáncer de cuello uterino es una complicación grave, extremadamente infrecuente (se diagnostican 1950 cánceres de cérvix al año a nivel nacional por 25.000 de mama), de un fenómeno muy común como es la infección por el VPH y que se puede prevenir con los controles adecuados. Dr. Manuel García Manero, especialista en Obstetricia y Ginecología del Hospital Vithas Vitoria